Contenido
- 1. El aprendizaje a través de los errores
- 2. Todo tiene una razón de ser
- 3. La mente no puede ser forzada
- 4. La necesidad de retroceder para avanzar
- 5. Ser una persona más grande a través del perdón
- Tus dudas o consultas al Asistente
Dicen que si perdonas y no olvidas, vivirás una vida más feliz.
Y en cierta medida, es cierto.
Cuando perdonamos, el aire que nos rodea se vuelve más liviano y menos sofocante.
Es como un trueno que sacude el calor del verano para que los cielos puedan enfriar la tierra.
Nos sentimos liberados, libres del abrumador peso de las mentiras, el dolor, las palabras falsas y los corazones pesados.
Personalmente, he seguido esta afirmación a medida que fui creciendo.
A menudo, cuando era niño, desechaba temporalmente los momentos de ira con las típicas distracciones de los niños. Perdonaba a aquellos que me quitaban la última galleta en el recreo o copiaban mi tarea sin mi permiso, y hasta dejaba pasar cuando me jalaban el pelo para evitar que bajara el volumen de la TV.
Mantuve esa mentalidad por instinto, sabiendo que la mejor manera de seguir adelante era perdonar pero nunca olvidar completamente.
Aunque aún recuerdo estos recuerdos como si fueran ayer, aunque hayan sido traumáticos en ese momento, tienen la extraña capacidad de hacerme sentir satisfecho.
Me han moldeado y son parte de lo que soy.
Perdonar y no olvidar es la verdadera forma de dejar atrás las cosas.
Aquí presento una lista de cinco razones para ir por la vida perdonando pero nunca olvidando.
Al final, todos somos almas imperfectas, y reconocer esas imperfecciones es lo que hace que la vida sea mucho más perfecta.
1. El aprendizaje a través de los errores
Es muy probable que durante tu crecimiento hayas escuchado el conocido dicho: "Aprendes de tus errores".
Esta idea en común afirma que cuando cometes un error, asumes la responsabilidad, enfrentas las consecuencias y finalmente, aprendes de ello para concentrarte en no volver a cometer ese mismo error en el futuro.
Todos cometemos equivocaciones en la vida, por esta razón somos capaces de crecer.
Rasgos como el hacer trampa en una evaluación de ciencias, hablar mal de alguien detrás de su espalda o simplemente no atreverse a asumir un reto, del que después nos arrepentimos, debe ser perdonado después de asumir las consecuencias necesarias y no olvidado completamente.
Traídos de vuelta a la profundidad de nuestra memoria, los recuerdos se presentan cuando más los necesitamos, sirviendo como un guardián protector en la sombra para evitar caer en patrones negativos similares.
2. Todo tiene una razón de ser
La vida tiene un plan para cada uno de nosotros, aunque a veces resulte difícil creerlo.
Cada día nos presenta sus desafíos, pero al final, cuando el polvo se asienta y el sol se acuesta, descubrimos que hemos encontrado el camino de regreso a casa.
Aun cuando las circunstancias nos parezcan difíciles, tengo la firme convicción de que todo lo que nos ocurre tiene una razón de ser.
¿Te han roto el corazón? Quizás fue necesario para que aprendieras algo valioso.
¿Te han despedido? Tal vez eso te lleve a una mejor oportunidad en el futuro.
Cada parte del día nos acerca un poco más a donde necesitamos estar, aunque a veces el camino esté lleno de obstáculos y la oscuridad parezca hacerse presente.
Sin embargo, el agua termina por aclararse y la luz no se apaga.
Así que disfruta de los baches en el camino, ríete de ese hipo que parece no querer dejarte en paz, y no temas a los giros inesperados que nos trae la vida, incluso aquellos que nos hagan llorar.
Un día, cuando mires hacia atrás, todo tendrá sentido.
Y el primer paso para comprenderlo todo es aceptar que no podemos controlar todo lo que nos ocurre y que a veces debemos simplemente rendirnos.
3. La mente no puede ser forzada
La mente es un órgano muy poderoso que retiene recuerdos tanto buenos como malos, difíciles o traumáticos.
A veces, estos recuerdos pueden perseguirnos por años y parece que no hay forma de escapar de ellos.
Por ejemplo, un momento embarazoso, como cuando intentaste correr más rápido que una cinta de correr y terminaste cayendo dolorosamente en la alfombra, puede quedarse grabado en la memoria por siempre.
Sin embargo, estos recuerdos no pueden ser forzados a desaparecer.
No puedes pretender olvidar algo que te importó tanto como para tener que perdonarlo.
Aprender a mirar hacia atrás con una sonrisa es un paso importante para aceptar estos recuerdos y seguir adelante.
Pero, si algo merece ser perdonado, entonces es importante que siga siendo parte de tu vida, y valioso en algún aspecto para no dejar atrás.
4. La necesidad de retroceder para avanzar
Mi prometido, en una ocasión, me dijo una frase que me ayudó a superar los miedos de volver a estar juntos.
Después de más de un año de haber sufrido por la ruptura de nuestra relación, por fin volvía a sentirme completa y lista para enfrentarme al mundo.
Ambos nos graduamos, conseguimos trabajo en la misma ciudad y coincidimos en el mismo complejo de apartamentos.
A pesar de tratarnos como amigos, luchaba constantemente contra mis sentimientos.
Una noche, mientras me mostraba derrotada, sentado en el borde de su cama, me dijo algo que me llegó al corazón: "A veces hay que retroceder para avanzar".
Sus palabras me hicieron reflexionar sobre el perdón, que implica aceptar el pasado para poder avanzar en la vida con una nueva perspectiva.
No puedes dejar ir algo hasta que lo aceptes como parte de tu esencia y finalmente perdonar.
Es necesario enfrentar los miedos y aprender de las experiencias pasadas para poder avanzar y crecer como personas.
El perdón es un camino difícil, pero una vez logrado, te brinda la oportunidad de liberarte emocionalmente y avanzar hacia nuevos retos y oportunidades en la vida.
5. Ser una persona más grande a través del perdón
Incluso si aún sientes dolor, incluso si es obvio que no tienes la culpa, tomar la iniciativa para pedir perdón siempre es admirable.
Es por eso que cuando alguien te pide disculpas, no dudes... perdónalo.
Perdonar a alguien es el acto de reconocer que todos somos humanos y cometemos errores.
Todos cargamos con arrepentimientos y pesares, así que ¿por qué no hacerte un favor a ti mismo y a la persona culpable al aliviar un poco la carga? La ira y la culpa solamente te afectan a ti.
Perdonar no significa que eres fácil de persuadir, significa que sigues adelante y te conviertes en una persona más grande, ahora con más sabiduría en manos.
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