Los acuarianos tienen un carácter volátil, que alterna entre la apatía y el celo. Pueden ser extravagantes e hilarantes en algunos momentos, y tan duros como las uñas en otros, dejando a los demás con la impresión de que son poco comprensivos e imposibles de rodear.
Sin embargo, debido a su personalidad conflictiva, tienen un sentido nebuloso de sí mismos y de indecisión, lo que les hace enigmáticos. Tienen una excelente capacidad de observación, flexibilidad cognitiva y un enorme deseo de aprender; son pensadores imparciales, pacíficos y eficaces. Los acuarianos son conocidos por su originalidad e independencia, y tienen una filosofía de vida que consiste en perseguir una cultura propia.
No obstante, debido al impacto de Urano, son tenaces y ocasionalmente inesperados, pero valoran la compasión y son muy sociables y orientados a la privacidad. Los Acuario, en un extremo, disfrutan solos y tienen una naturaleza oculta de tenacidad, por lo que son reacios a cambiar de opinión; en el otro lado, desprecian discutir con la gente.
Cuando se enfrentan a todo el mundo, pueden afirmar que el tono se paraliza ante diversos comentarios mientras actúan según sus propias creencias. Debido a su encanto inherente y a su tenacidad, suelen ser muy queridos, y pueden localizar fácilmente a personas afines que se interesan por lo que tienen que decir. Les gusta provocar a los demás, normalmente no de forma maliciosa, sino para hacer que sus duras opiniones sean tanteadas.
En otros términos, son un llamamiento pedestre a la transformación y al replanteamiento de los viejos métodos de hacer las cosas. Los Acuarianos son personas con visión de futuro que ponen en práctica sus pensamientos.
Urano, su señor, regente de los cambios bruscos, es la fuente de su incertidumbre. Los Acuario se sienten cómodos la mayor parte del tiempo y no se dejan provocar fácilmente, lo que les convierte en eficaces embajadores de cualquier tema por el que decidan luchar. Sin embargo, tienen fama de tomar decisiones erráticas en muchos aspectos de su vida. Esto puede ser beneficioso, pero también puede dificultar la comprensión o la conexión con ellos. Esta característica también puede ser un problema cuando descubren que muchos de sus conceptos no son viables, factibles o correctos.
Les resulta bastante difícil cambiar de opinión una vez que han invertido tanto tiempo y esfuerzo en hacerlos realidad. La rigidez también es un problema cuando reconocen que algunos de sus conceptos no son viables, factibles o correctos. Es bastante difícil que cambien de opinión una vez que han invertido tanto tiempo y esfuerzo en hacerlos realidad.
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